Todos sabemos que la obesidad es un gran problema que va incrementando en el país.
Hoy en día más de un tercio de la población adulta de los Estados Unidos es obesa, más o menos unas 78.6 millones de personas. Pero la obesidad no es sólo un problema de salud; en realidad es una condición muy peligrosa que incrementa otros riesgos como la diabetes, enfermedades cardíacas y hasta ciertos tipos de cáncer. De hecho, la obesidad es la causa número uno de muertes prevenibles en el país.
Lamentablemente, esto no debe ser una sorpresa, si nos fijamos en la forma en la que nos estamos alimentando. En las últimas décadas, tanto el tipo de comidas que comemos, cómo la cantidad que comemos, han cambiado dramáticamente. Los alimentos son más procesados, son fritos y empacados para que llevemos con nosotros a donde sea que vayamos y además las porciones son desproporcionadamente grandes.
Cómo ha cambiado la dieta moderna
La alimentación de hoy en día, es muy diferente a la alimentación de hace unos 30 o 40 años. En esos tiempos, la mayor parte de la comida que se consumía era fresca, cultivada localmente y cocinada en casa. Pero actualmente, cualquier producto que compres ha sido procesado, incluso aquellos alimentos que cocinas en casa. La mayor parte de los productos contiene aditivos, sustancias químicas, colorantes, azúcar, grasas trans y muchos otros ingredientes que no contenían las comidas, una o dos generaciones atrás.
Además, el consumo de azúcar ha aumentado muchísimo en las últimas décadas. Hoy día, los estadounidenses consumen unas 22 cucharaditas de azúcar al día, un 25 por ciento de su ingesta calórica. Esto refleja un aumento del 10 por ciento comparado con las cifras de hace 10 años y un 20 por ciento de aumento desde 1970.
Lo fundamental
La clave está en volver a lo fundamental. Siglos atrás, los cavernícolas no tenían problemas de sobrepeso u obesidad – ¿por qué? – porque comían lo que producía la tierra; frutas y vegetales frescos, ganado alimentado con pasto y demás alimentos no procesados.
Este tipo de alimentación, debe ser la inspiración para la sociedad actual. Las frutas y vegetales frescos, no deben faltar en ninguna de nuestras comidas, y debemos evitar las grasas malas y comer las grasas saludables que nuestro cuerpo necesita.
La moda ¨light¨ que se impuso en los 80s y 90s ha causado un daño inmenso para la salud de los estadounidenses. Las grasas son necesarias para nuestro cuerpo. De hecho, para gozar de buena salud, más o menos el 50 – 80 por ciento de las calorías diarias, deben provenir de grasas buenas, como por ejemplo nueces y frutos secos, pescados, aguacate, semillas, aceite de oliva, aceite de coco, huevos, frijoles…productos que podemos encontrar naturalmente.
Revisa tu alimentación
Tómate un minuto para examinar tu alimentación… ¿se asemeja a la de un cavernícola saludable o a la alimentación dañina, llena de enfermedades? Si tu rutina alimenticia es más parecida a la alimentación moderna y malsana, entonces deberás hacer algunos cambios para tu salud y la de tu familia.